Es un refrán conocido que al “son que me toquen bailo”, pero es uno que quizás el Dr. Reynolds podría darle una alteración a la semántica de la expresión coloquial ya que su sistema de estimulación cardiaca partió de un tocadiscos de 78 revoluciones por minuto, cifra equiparable al ritmo cardiaco humano. En cada vuelta que da el disco, es decir la revolución, se generan pulsos eléctricos cada 1,4 milisegundos, lo que equivale al ritmo cardíaco del hombre.
Sin embargo, el primer diseño del marcapasos no podría caber ni en la caja del tocadiscos. Así lo afirma el ingeniero electrónico y doctor Jorge Reynolds Pombo quien explicó que el primer dispositivo “era un aparato muy grande que pesaba cerca de 50 kilos y funcionaba con una batería de automóvil de 12 voltios”. El artefacto tenía un circuito de electrodos epicárdicos, es decir un sistema de conducción eléctrica con materiales diferentes al metal y que estaban unidos al epicardio, una membrana viscosa que cubre la superficie externa del corazón. De igual manera, el marcapasos estaba unido con tubos al vacío a un tanque de oxígeno con ruedas.
La primera implantación del marcapasos se le realizó a un sacerdote ecuatoriano que presentaba “un bloqueo total” y que terminó viviendo en condiciones “casi normales” durante 18 años. El sacerdote, quien conocía las condiciones de la implantación del marcapasos, se arriesgó a la operación sabiendo que quizás moriría. Lo cierto es que aquel sacerdote murió de 108 años.
Desde aquella implantación en Colombia hubo una pequeña fábrica de marcapasos que produjo cerca de 2.800 dispositivos que se usarían en las principales clínicas de Latinoamérica y el mundo. Sin embargo, la investigación se detuvo porque a medida que los avances eran mayores de igual forma lo eran los costos de investigación para el país.
Este fue un logro para la ingeniería eléctrica colombiana en el capo de la medicina y sobre el uso de la electricidad para la estimulación cardiaca que se practica ancestralmente. Pues incluso, y según Reynolds, existen vestigios en las pirámides egipcias de intentos por dominar la naturaleza eléctrica del rayo y ponerlas a disposición de la humanidad.
Reynolds también afirmó que desde esa vez los adelantos electrónicos como el transistor y demás dispositivos permitieron que se redujera exponencialmente el tamaño del marcapasos. Tanto así que hoy en la clínica Shaio adelanta un marcapasos del tamaño de la cuarta parte de un arroz y cuya energía se produce a partir del mismo latido del corazón.
“Este marcapasos está en una fase exitosa y experimental en tejidos vivos y a esta a la espera de implantar en humanos”, detalló Reynolds. Asimismo, el doctor informó que la vida este marcapasos es corta puesto que su batería de larga duración no está totalmente desarrollada.
El doctor puntualizó que actualmente se trabaja con éxito en varias partes del mundo la “creación de células madre en la reconstrucción de tejidos eléctricos del corazón. Entonces el marcapasos probablemente tendera a desaparecer o a usarse en casos muy específicos”.
Pese a la incertidumbre del futuro uso del marcapasos en la humanidad, es resaltable que la invención del Dr. Reynolds ha salvado vidas innumerables desde su creación en 1958. Y no deja de ser innovadora la idea que donde muchos escucharon música en el tocadiscos de 78 revoluciones por minuto, él de pronto escucho vida y la respuesta a un invento trascendental para la humanidad.
