En nuestro país muy poco se habla de la importancia de la salud sexual y reproductiva, pero antes de avanzar en este tema es necesario aclarar que una buena salud sexual y reproductiva garantiza un estado general de bienestar físico, mental y social en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo. Bien es un derecho que podamos y tengamos la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o no, cuándo y con qué frecuencia.
Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, FPNU: para mantener la salud sexual y reproductiva, las personas necesitan tener acceso a información veraz y a un método anticonceptivo de su elección que sea seguro, eficaz, asequible y aceptable. Deben estar informadas y empoderadas para autoprotegerse de las infecciones de transmisión sexual. Y cuando decidan tener hijos, las mujeres deben disponer de acceso a servicios que las ayuden a tener un embarazo adecuado, un parto sin riesgo y un bebé sano.
Actualmente en Colombia existen muchos problemas asociados a la sexualidad y a la reproducción, especialmente en las adolescentes y jóvenes, algunos de estos problemas son el embarazo no deseado, las muertes relacionadas con este, el aborto inseguro y las enfermedades de transmisión sexual.
Si analizamos esta problemática desde el contexto nacional, Colombia ha sido un país que a lo largo de la historia ha tenido que enfrentar emergencias y situaciones precarias originadas por el conflicto armado, los altos índices de pobreza, la falta de presencia del estado en el territorio nacional, el desplazamiento forzado, el abandono, marginalidad y desigualdad que incrementa el grado de vulnerabilidad y riesgo de las poblaciones más vulnerables.
Veamos algunas cifras, de acuerdo con el Ministerio de salud, se estima que cada año en Colombia, hay 89 embarazos no planeados por cada 1,000 mujeres en edad reproductiva. Así mismo mueren alrededor de 200 mujeres cada año por causas relacionadas con el embarazo, el parto o el puerperio, para empeorar esta situación en las poblaciones indígenas es cinco veces mayor la mortalidad materna que entre el resto de la población.
A esto se le suma la muerte por aborto inseguro, según el estudio “Prevención del aborto inseguro en Colombia”, cerca de 70 mujeres mueren anualmente en Colombia por abortos clandestinos, no obstante desde el año 2006 la Corte Constitucional despenalizó parcialmente el aborto en Colombia y exigió que los centros de salud, públicos y privados, tengan personal capacitado para prestar el servicio de interrupción voluntaria del embarazo, pero aún así, solo el 11 % de los centros medicos ofrecen este servicio.
Así mismo vale la pena ver las cifras del promedio de niños recién nacidos que mueren, se estima que 60,7 niños mueren por cada cien mil que nacen vivos, no obstante en la población rural hay 55 por ciento más muertes que en las áreas urbanas y en regiones vulnerables como el Chocó es de 357 muertos por cada cien mil.
En el contexto mundial millones de niñas y adolescentes mueren a causa de una enfermedad o una complicación médica en su salud sexual y reproductiva, si bien esto se intensifica en las zonas vulnerables donde existe muy poca educación sexual y por ende desconocimiento del uso de los métodos de planificación y protección de enfermedades sexuales.
Esta situación es más preocupante en los países en desarrollo, donde los problemas relacionados con la salud reproductiva son una de las principales causas de mala salud y muerte entre las mujeres y las niñas en edad fértil. Según las cifras de la Federación Internacional de Planificación Familiar, un tercio de las enfermedades o patologías en mujeres de 15 a 44 años, en todo el mundo son problemas de esta índole.
En cuanto a las infecciones de transmisión sexual: cada día, más de un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual (ITS). Si no se diagnostican y tratan debidamente, algunas ITS, como el VIH o la sífilis, pueden ser mortales.
Mientras no se garantice por parte del estado los derechos de la salud sexual y reproductiva, que traen consigo la obligatoriedad de la enseñanza de la educación sexual integral, el fortalecimiento de los sistemas de salud y la lucha contra la violencia de género, no podrá haber una sociedad igualitaria y un estado de bienestar. Desde los diferentes sectores se debe garantizar el acceso a la atención médica y suministros médicos esenciales.